Hoy estoy escribiendo de lo impropio
que dicen es hacer lo que se quiere al momento...
pero que a veces hay que atreverse
a olvidarse del decoro
y de lo que encarcela al resto.
Hay que soltar el alma,
alquilarle balcón al viento,
ponerle paracaidas,
a lo que llevamos dentro,
pero soltarse al aire,
sin la prisa del momento,
como si fuera ya calculado,
eliminando sufrimiento.
Quitarse ya las amarras
y dejar el velero al viento,
que recorra otros mares
y navegue sin regreso,
que ya tiempo tendrá la vida
para ponernos las anclas
que soltamos dentro.
Así que no te lo niegues!
A veces nos ocultamos
con el don de la paciencia,
para hacerle el quite
a eso que no tiene ciencia...
Se dice lo que se quiere,
se toma si es que está libre,
y a lo que te gusta
no se le pide que emigre:
Tomarse muy poco tiempo,
para medirlo y medirte,
que esta vida es muy corta
para que la paciencia domine.
Y si le tienes miedo
a lo que tienes en mente,
aprende que de esta vida
no te llevas lo que no hiciste,
sino a lo que le fuiste valiente.
Y si el miedo son los golpes,
hasta de esos aprendes,
de los rayones y heridas,
quedan historias que se vuelven referentes.
todo parece muy malo
cuando se le está viviendo,
las cosas se ven peores,
porque caminamos dentro.
por eso hay que soltarse
y que te lleve el viento,
y allí desde lo alto,
mirar lo que te tiene tenso;
reconocer que no es montaña
que solo es una brizna al viento,
que el problema no es el problema
sino como lo estamos viendo.