martes, 7 de diciembre de 2010

Nos ahoga la tristeza. Nos inunda el dolor.



Y qué importan ya las fiestas, rumbas y feriados,
si nos monipolizó la tristeza,
se nos acurrucaron las penas,
ahogamos la alegría bajo litros de desesperanza
y se inundaron los ojos en llanto congelado
por compatriotas anegados.

El corazón se aquietó más que un momento,
mientras los televisores mostraban sufrimiento;
hermanos de la patria haciendo de sus camas, lanchas,
niñas construyendo con muñecas, salvavidas de esperanza.

Nos ahoga la tristeza.  Nos inunda el dolor. 
Por tus calles pavimentadas, fuiste a la Cruz Roja hoy?
que no se quede en sentimientos, que salga del televisor,
que se nos sienta el compromiso
de nadar todos bajo este mismo sol.

Que la lluvia no sea un motivo,
ni el calor una objeción,
para postergar el compromiso
de ayudarnos como hermanos que hoy
el agua es su casa, abrigo y alimentación.

Yo doné hoy!  y tu? 
no esperes!
Ya no hay tiempo de esperar
un nuevo aguacero de emoción.
Aprieta el paso, sal a donar hoy.