Alborota tu mirada
las llamas de esta caldera,
que moldea generosa
el acero de tu presencia.
Quiero con tu piel fundir la mía,
y recorrer descalzo tu acería,
para que se produzcan aleaciones
y sepas como es mi alma que laminas.
Acerca tu respirar aquí a mi oído
y deja que tu aliento me sofoque...
calienta y derrite mis sentidos
que mi piel ya se sabe el recorrido
de las cosas que hicimos en la noche
a punta de sueños inhibidos.